viernes, 17 de marzo de 2023

A 30 años de “El Espejo. De los dibujantes del sur”. La publicación de cabecera de la movida patagónica de historietas y humor gráfico de los años '90

 

Durante la primera mitad de los años '90 los que en su mayoría éramos un grupo de veinteañeros vivimos una linda aventura editorial y creativa. Trabajando en conjunto concretamos el primer movimiento grupal historietístico y de humor gráfico de Patagonia. Existía el antecedente de autores publicando en medios gráficos de la región desde hacía décadas, pero de forma individual. Tales como Horacio Marras, Roberto Guerrero, Khato, Pelayo (todos de Chubut), Carlos Riela en Bariloche, Tornillo en Neuquén o el maestro “Chingolo” Casalla (patagónico por opción), por sólo citar a algunos de los más conocidos en diferentes regiones de Patagonia. Los antecedentes de las primeras viñetas publicadas en la región por autores residentes se remontaban a mediados de 1917, al menos en el sur de Chubut.




Entre fines de los '80 y principios de los '90 se publicaron en Patagonia las primeras revistas dedicadas íntegramente a la historieta y el humor gráfico: “Alquitrán” (Neuquén), “El Sistema” (Allen, Río Negro), “El Humor de la Semana” (Caleta Olivia, Santa Cruz) y “Duendes del sur” (Chubut).


Las primeras 70 tapas de El Espejo


Una exposición en 1992 de integrantes de la Duendes en la ciudad de Neuquén propició un afortunado encuentro con los locales de “Alquitrán”. Fue el puntapié que dio inicio a la movida, cuando surgió la idea de trabajar en conjunto. Como la revista “Duendes del Sur” había quedado chica para dar cabida la cantidad de autores que se iban sumando, se presentó la propuesta de una publicación nueva de más alcance y frecuencia al director del diario Crónica, Diego Zamit. Ya nos conocían debido a difundían las actividades que se realizaban desde La Duendes. El diario era el de mayor tirada en la región centro de Patagonia (sur de Chubut y norte de Santa Cruz) y se estaba modernizando al incorporar nuevas tecnologías, a la vez que expandía su tirada, sumaba cantidad de páginas y suplementos semanales de elaboración propia. A la reunión asistí con una carpeta que desbordaba de trabajos de muchos autores, para mostrar que se contaba con abundante material. Aceptó la propuesta de inmediato. Luego me llevó al sector de diagramación (contaba con algunas de las primeras computadoras Mac introducidas en el país) y me dijo: "Estas son las computadoras que tenés que usar para armarlo". Tuve que aprender su uso durante la marcha ya que aún eran una novedad. Pese a que contaban con lo que era tecnología de punta, los originales de la publicación se armaban de forma artesanal. Se diagramaba el original en la computadora, se imprimían las páginas maestras y se le pegaban textos e imágenes mediante fotolitos. Finalmente se enviaban las páginas al área de impresión. 


Las tapas finales de El Espejo, 1993.


En marzo de 1993 el diario inauguró una nueva rotativa a color con “El Espejo. De los dibujantes del sur”, concretando la publicación de historietas y humor. El salto en la distribución, difusión y repercusión fue enorme. De tiradas reducidas pasamos a 15 mil ejemplares semanales (se calculaba que a cada ejemplar lo leían entre 4 y 6 personas, por lo cual la cantidad de lectores rondaba los 60 mil). Una parte se distribuía por correo al resto del país y el exterior. Por aquellos años no existía Internet y toda la información y entretenimientos se concentraba en los medios de comunicación tradicionales (Tv, radio, diarios). La repercusión entre los lectores se sentía.


1er Encuentro de Artes Gráficas de Patagonia, realizado en Comodoro Rivadavia, en 1994.



En lo específico a la historieta, en el país el 90 por ciento de lo que se leía era de producción de autores y editoriales nacionales y en los quioscos de revistas se podía acceder a una veintena de títulos mensuales. Por aquellos años, aunque en declive, Argentina aún era una de las siete potencias del mundo en la creación de historietas (en los otros países-potencia sigue vigente). De la mano del menemismo con sus políticas privatizadoras y de apertura indiscriminada de la economía hacia fines de los ’90 se destruyó la industria nacional, entre ellas la industria editorial de historietas.



El disponer de un espacio semanal propició que se sumaran los autores de otras publicaciones de la región y muchos que trabajaban de forma independiente. El 1993 el Gobierno de Río Negro organizó la primera Bienal de Arte Joven de la Patagonia en la ciudad de Bariloche. Participaron autores de toda Patagonia y La Pampa, que previamente fueron seleccionados por concurso en cada provincia. Los tres primeros premios en el rubro historieta los obtuvieron integrantes de El Espejo. El evento también sirvió para sumar más autores. En 1994 El Espejo organizó en Comodoro Rivadavia el primer Festival de grandes dimensiones de historieta y humor con autores de Patagonia. Otras actividades fueron un concurso de historietas y humor gráfico destinado a estudiantes colegios de la provincia del Chubut y muestras itinerantes por los colegios, etc. El Espejo también contaba con secciones dedicadas a difusión de eventos y entrevistas a autores nacionales y regionales. Para el primer aniversario sucedía algo impensado para una publicación patagónica: autores de todo el país enviaban sus trabajos para que se publiquen. Entre ellos autores de la revista porteña El Tripero, integrada por los alumnos de Alberto Breccia. Lo acostumbrado en Argentina siempre fue que se tratara de publicar en medios de Buenos Aires. Por un instante habíamos invertido el proceso. Lo más inesperado fue que nos escribieran desde una revista emblemática de España: El Víbora.






En 1994 se produjo una crisis a nivel mundial de faltante de papel. Afectó a medios gráficos de todo el país, grandes y chicos. Los obligó a reducir la cantidad de páginas y desprenderse de personal. Debido a ello la mayoría de los suplementos del diario fueron cancelados. El Espejo murió en el número 89. Para entonces se habían publicado a más de 60 autores de toda Patagonia. Pocas semanas antes de la cancelación se iba a sumar Roberto Fontanarrosa, que había aportado páginas del personaje Inodoro Pereyra. No pudo ser.




Transcurridas las décadas, los hoy mayorcitas/tos podemos decir que sin proponérnoslo fuimos pioneros en la región. No éramos conscientes de ello. Aún no existía Internet y la comunicación e intercambio entre los que estábamos lejos era por medio del teléfono fijo, por correo o de forma presencial, viajando. Todo costaba más que ahora, pero no lo sabíamos. Lo hacíamos con gusto, motivados por el entusiasmo. Transcurridos los años, de los que fuimos protagonistas, varios continúan/ron publicando a nivel regional, nacional e internacional. Otros se dedicaron a otros rubros artísticos o lamentablemente dejaron de dibujar.
La historia se retomaría y continuaría entre 2007 y 2022 con la editora La Duendes, con dos sitios en Internet (con el aporte de más de 200 autores del país y el exterior) y la publicación de cerca de 70 títulos en papel.
 
RESCATES
En 1997 se publicó un libro llamado “Tinta Densa Patagónica” que rescató la historia de la movida historietística de los años ‘90. El libro fue reeditado en 2008 como PDF, para su descarga gratuita desde Internet y finalmente en papel en 2009, ampliado.
El primer rescate-valorización de la movida patagónica de los años ’90 surgido desde el propio ámbito de la historieta se dio en España, en el año 2003. Se publicó una nota en el sitio TEBEOSFERA, especializado en el estudio, análisis y difusión de la historieta. Se puede leer cliqueando  
La siguiente nota rescatando y valorizando la movida fue publicada en abril de 2007 en el número 6 de la revista SACAPUNTAS, publicada por la ASOCIACIÓN DE DIBUJANTES DE ARGENTINA, Buenos Aires. Se puede consultar cliqueando




En el año 2010 se publicó un libro de 112 páginas titulado “El Espejo. De los dibujantes del sur”, que rescató la historia y compiló material de los autores que tuvieron mayor presencia en la publicación. Se distribuyó a nivel nacional y está agotado.

En el año 2015 se publicó en España el libro “Historia del humor gráfico en Argentina”, de Judith Gociol y Diego Rosemberg. Le dedicó varias páginas a la movida patagónica, ampliado el contenido con el regreso a partir del año 2007 con la editora “La Duendes”.

Hoy, afortunadamente, la colección completa de “Duendes del sur”, “El Espejo. De los dibujantes del sur” y las más reciente “La Duendes”, se conserva en el archivo de historietas del PROGRAMA NACIONAL DE INVESTIGACIÓN EN HISTORIETA Y HUMOR GRÁFICO ARGENTINOS, DE LA BIBLIOTECA NACIONAL. De no existir ese espacio tan importante para la manifestación cultural que es la historieta, posiblemente todas esas publicaciones se hubiesen perdido.

En marzo de este año se cumplieron 30 años de la joven aventura que fue “El Espejo. De los dibujantes del sur”. Aunque cuando se habla o escribe sobre “historieta nacional” mayormente se refiere a la publicada en Buenos Aires, desde el sur hicimos nuestro aporte.


Fotonovela realizada y protagonizada por varios dibujantes.


Publicaron: Mario Tondato, Jorge Alderete, Carlos Vilche (El Ink), Diego López de Murillas, Manuel Gutierrez, Marcelo Candia, Martín Chirulo, Gabino Tapia, Di Silvestro, Juan Marchessi, Liliana y Marcela Ostrovsky, Carlos Riela, Walter Cazenave, Marcelo Pifarré, Daniel Lapetina. Adriana Muñoz, Marcelo Noriega, Francisco Palacios, Gustavo Morichetti (Tavo), Ramón de la Fuente, Horacio Marras, Quique González, Juan Carlos Moisés, Karolli Williams, Rodrigo Gorosito, Ricardo Macías, Roberto Guerrero, Aguado, Marcelo Martinelli, Son, Antonio Reus, Cristian Huberty, Luka, Mario y Gustavo Morón, Ignacio Stankewitsch, Vanesa Sosa, Olie Mayorga, César Hernández, Juan Barria, José Luis Tuñón, Sergio Miranda, Coffe, Maximiliano Melinchuk, Sebastian Bravo, Lisandro Ruiz, Fabio Aguilar, Dolores Morón, Marcelo Gavilán, Diego Fonseca, Marcos Di Tullio, Mario Mendonca, Leonardo, Eduardo Gallardo, Manuel Coronel, Lautaro Fiszman, Sandra Lavandeira, Ezequiel García y Jorge Gallardo.