Allá por los años 80 apareció una revista que, como lector, me voló la cabeza por la gran apertura en lo argumental y estético que representó, como a gran parte de los lectores de la época. En la “vieja” Fierro me apodaron “El aluvión del chenque” y también llegué quedar finalista en un concurso.
Con el paso de los años conocí personalmente a muchos de sus colaboradores y por medio de La Duendes publiqué a varios. Entre aquellos autores que seguía como lector, se contaba Patricia Breccia, autora de series notables y un dibujo tremendamente personal. Resumiendo: una maestra del dibujo, como lo son todos en su familia. En el número de septiembre de la nueva Fierro, tuve el gran placer y honor de ver un guión mío dibujado por Patricia Breccia. Las gratas vueltas de la vida…